Condenan a 12 años de cárcel a famosas influencers por racistas

La justicia brasileña dictó un fallo contundente contra dos reconocidas influencers: Kerollen Vitória Cunha Ferreira y Nancy Gonçalves Cunha Ferreira, madre e hija, fueron condenadas en agosto de 2025 a 12 años de prisión en régimen cerrado tras un fallido video viral en el que humillaron a dos niños negros de 9 y 10 años al ofrecerles una banana y un mono de peluche en tono de burla.

El caso ocurrió en Río de Janeiro y quedó registrado en un video que luego fue compartido en sus redes sociales, donde tienen una gran cantidad de seguidores.

La jueza Simone de Faria Ferraz, de la 1ª Vara Criminal de São Gonçalo, calificó el acto como “racismo recreativo”, señalando que al dar esos objetos simbólicos, “animalizaron” a los niños y “monetizaron su dolor”.

El Ministerio Público del Río registró que las plataformas parecían monetizar con ese contenido discriminatorio, potencialmente obteniendo ganancias económicas.

Las influencers fueron halladas culpables de injuria racial, condenándolas a 12 años de prisión y al pago de una indemnización de 20 mil reales (68 mil pesos mexicanos) a cada víctima.

La magistrada argumentó que su comportamiento fue una “monstruosidad”, no una niña travesura, que rompió el límite ético al exponerse como figuras públicas con responsabilidad social.

Además, les impusieron la prohibición de publicar contenido similar y mantener contacto con las víctimas. Aunque pueden apelar, deben esperar en libertad mientras la sentencia sea revisada.

Este fallo marca un precedente en Brasil al abordar el racismo infantil en el entorno digital. La abogada Fayda Belo, especialista en derecho antidiscriminatorio, había denunciado el caso calificándolo como “influencers que ridiculizaron a dos niños negros y animalizaron como si fuera una broma”.

El efecto en las víctimas ha sido devastador: se reportó que el niño fue apodado “mono” en la escuela y abandonó su sueño de ser futbolista, y la niña sufrió aislamiento social y requirió apoyo psicológico.

Según medios internacionales, la sentencia es calificada como un hito simbólico y jurídico en la lucha contra el racismo estructural.

El caso de Kerollen y Nancy Cunha Ferreira pone en evidencia los límites éticos del humor en redes sociales y subraya la necesidad de responsabilizar a quienes protagonizan contenido de humillación racial.

La justicia brasileña ha respondido con una sentencia histórica que busca proteger a los más vulnerables y recordar que en el espacio digital no caben los discursos de odio.

 

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