Tino Contreras, leyenda y pionero del jazz en México

Contreras nació el 3 de abril de 1924 en la ciudad de Chihuahua. Se inició en la música a los 8 años siguiendo los pasos de su padre y su abuelo.

A los 10 ya tocaba con músicos profesionales, y unos años más tarde desarrollaba su carrera en la fronteriza Ciudad Juárez, donde conoció la música de Nat King Cole y Frank Sinatra.

“Yo estaba en ese tiempo lleno de jazz, lleno de cosas lindas. Era el tiempo de la terminación de la Segunda Guerra Mundial y los soldados casi a la mayoría les encantaba quitarse el espanto que traían de tanto balazo al escuchar el jazz”, recordó Contreras en la misma entrevista.

La energía vital de Tino Contreras era tal, que, a pesar de sus 97 años, el infarto que le quitó la vida el día ayer nos tomó por sorpresa a todos. Tino era todo un jazzman, como él mismo se calificaba; muy probablemente el más famoso de México. En una impresionante carrera de ocho décadas, dedicó cada minuto de su vida a la música de jazz, logrando una buena técnica instrumental en la batería y algunos discretos acercamientos al piano, la trompeta y la voz.

En sus buenos tiempos, el maestro deslumbraba a propios e impropios con la potencia de sus tambores, el beat de sus platillos, su verbo implacable y la intensidad de su discurso estético. Su nombre era un referente obligado para poder hablar del jazz en México. Y ese ímpetu duró y perduró hasta los últimos instantes de su vida.

Fortino Contreras González nació el 4 de abril de 1924 en la ciudad de Chihuahua, pero muy pronto la familia emigró al norte, a Ciudad Juárez, y es ahí, en la colonia Chaveña, donde Tino se inicia en la música, primero yendo de niño a escuchar a su papá, Miguel Contreras, músico versátil y de repertorio jazzístico; después haciendo mancuerna con su hermano Mario (uno de los mejores trompetistas que ha tenido este país) y finalmente haciendo su propia banda. Hasta que a los 20 años decide emigrar a la Ciudad de México.

Ya en la capital, toca con varios combos, hasta que logra integrarse como baterista de la célebre y ya popular orquesta de Luis Arcaraz, cuna de muchos de los grandes pioneros del jazz en México. Así debuta Tino en las grandes ligas e inicia una carrera musical que no interrumpiría ya nunca.

El pequeño inconveniente para contar su historia, es que el maestro caía eventualmente en una que otra contradicción al platicar sus anécdotas o hacer declaraciones a la prensa. Esto me provocaba cierta incertidumbre al momento de escribir algunos pasajes de su vida o de la bitácora del jazz en México. Aunque nada de esto, que quede claro, minimiza la gran importancia de Tino Contreras en la historia toda de nuestro jazz.

En 1954, formó parte del primer disco de jazz grabado en México con composiciones originales de músicos locales. Y a partir de ahí comenzaron sus giras por Grecia, Turquía, Francia, España, además de Brasil, Argentina, Colombia y Cuba.

Aunque hay datos duros, por supuesto: en noviembre de 1961, el Cuarteto de Tino Contreras es contratado por Félix Alarcón para hacer una temporada de dos meses en Grecia, en el hotel Acropole Palace. Alarcón los había escuchado seis meses antes en el Festival de Jazz de Evansville, Indiana, y se había vuelto admirador de los cuatro músicos mexicanos, aunque en Indiana había sido Mario Patrón el encargado del piano, Víctor Ruiz Pazos en el contrabajo, Mario Contreras en trompeta y Tino en la batería. En aquella ocasión se presentaron como The Number One Jazz Combo of Mexico.

Al regresar de Evansville, Al Zúñiga se reintegra al cuarteto de Tino y es así como viajan a Atenas. En enero del 62 finalizan su compromiso en el hotel Acropole, les llegó un contrato para tocar en Turquía; para finalmente terminar tocando en Marsella y París. Ésa fue la popular gira europea del cuarteto, aunque por múltiples razones las cosas no terminaron muy bien entre los integrantes del grupo. Ya en México, cada quien tomó su propio rumbo.

Tino Contreras siguió tocando y grabando en todos lados, su popularidad aumentaba día a día y los periódicos, revistas y estaciones de radio y televisión cubrían con regularidad su ir y venir por los escenarios.

En lo que a discos respecta, Tino grabó una gran cantidad de elepés y cedés; aunque resulta imposible saber cuántos y cuáles fueron en realidad. Hace diez años yo intenté ponerme de acuerdo con el maestro y su esposa Mónica para revisar uno por uno todos los títulos de su discografía. Tino me pasó entonces una lista de lo que, me dijo, eran todos sus discos publicados. Pero al momento de querer sacar copias de las portadas, él se disculpó y muy amablemente me dijo que por el momento no tenía todos los discos, pero que me hablaría cuando los tuviera disponibles, para poder copiar las portadas y hacer anotaciones de los temas incluidos.

Espero que con tiempo pueda llevarse a cabo este proyecto discográfico. Por lo pronto, tengo anotados 43 títulos, entre los que destacan Jazz en Riguz (1960), Jazz Ballet (1963), Jazz Flamenco (1963), Misa en jazz (1966), Sinfonía del Quinto Sol (1978), Yúmare, Sinfonía tarahumara (1986), Live at Teatro de la Ciudad (1995), Jazz Mariachi (2010), El jazz mexicano de Tino Contreras (un LP editado en 2011 por el sello inglés Jazzman) y La noche de los dioses, aparecido en octubre de 2020, también en Inglaterra, con la participación, entre otros muchos, del pianista Jaime Reyes, extraordinario jazzista de Orizaba, y el bajista Valentino Contreras, hijo y compañero de Tino durante los pasados años.

En 1966 estrenó su obra más emblemática, “Misa en Jazz”, bien recibida por las autoridades católicas como un gesto de espiritualidad. Primero la estrenó en la Catedral de Cuernavaca y después en el Palacio de Bellas Artes. Pero para él el éxito más grande en su vida fue que su música llegó al Vaticano.

Pronto llegó a la capital a trabajar en la radio XEW, donde conoció a artistas como el astro del cine mexicano Tin Tan, con quien hizo música para sus películas. También formó parte de la orquesta de Luis Alcaraz y en sus giras por Latinoamérica se trajo el merengue como souvenir de la República Dominicana y ayudó a introducir el ritmo en México.

Con el tiempo fundó un centro nocturno en la Ciudad de México llamado Ríguz donde tocaba todas las noches acompañado por Alfonso Zúñiga en el piano, Víctor Ruiz Pasos en el contrabajo y su fallecido hermano Mario Contreras en la trompeta. Otros de los jazzistas mexicanos con los que compartió a lo largo de su carrera son Tommy Rodríguez, Mario Patrón, Pablito Jaimes, Leo Carrillo y Héctor Hallal “El árabe”.

Tino Contreras se ha ido y su música y su intensidad son ya un hito en la historia toda de nuestro jazz. Son una huella indeleble en el arte y la cultura del país. Son los pasos de Tino.

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