Jirones de nuestra historia: Jesús Terán

Sacó a los franceses de México, derrumbó el imperio de Maximiliano sin un solo disparo y sin estar en el país: Jesús Terán.
Por: José Luis Jaramillo Vela
Personaje poco conocido, pero de enorme contribución a la Patria
Como suele suceder en estos casos, existieron personajes muy poco conocidos y hechos muy poco difundidos, pero de un enorme valor histórico para el país; en esta ocasión nos ocuparemos de Juan Terán y sus enormes contribuciones a la Patria, que hoy a 164 años de haber ocurrido, los historiadores aseguran que de no haber sido por la intervención y los buenos oficios de este gran mexicano, es muy posible que México ya no existiera y en su lugar estuviera un territorio dividido entre tres países europeos.
Vamos a ver al personaje y sus hechos que la historia oficial los sabe y los reconoce, pero los guarda para sí porque pesa más en el ánimo nacional (y político) un Benito Juárez estoico luchando y sosteniendo la República, que un hombre solitario en Europa haciendo su trabajo, cumpliendo su encomienda y brindando sus mejores esfuerzos por salvar a su país; veamos pues quien fue Jesús Terán, este ilustre mexicano muy poco conocido o prácticamente desconocido para la mayoría de los mexicanos que hoy disfrutamos de los logros de su enorme esfuerzo.
¿Quién fue Jesús Terán?
José María de Jesús Rafael Terán y Pérez Peredo nació en cuna de oro el 14 de enero de 1821 en la ciudad de Aguascalientes, se tituló de abogado, ingresó a la política y fue un destacado miembro de la masonería; Jesús Terán tenía grandes dotes como político, era un hábil negociador que siempre anteponía la palabra, la negociación y el acuerdo antes que la fuerza; sus modos tranquilos, serenos, de pausas bien meditadas, siempre viendo a los ojos de su interlocutor, hacían sentir su presencia y su personalidad que por un lado pesaban, al mismo tiempo que le generaban la confianza y el respeto de sus contrapartes. Tras la muerte del Gobernador de Aguascalientes, Felipe Cosío, Terán fue nombrado Gobernador Sustituto y en 1857 es electo Gobernador Constitucional de Aguascalientes; Terán era un liberal por completo, pero entendía la importancia de la libre empresa; las tierras ociosas que había en el pequeño Estado de Aguascalientes las repartió a los campesinos, al mismo tiempo apoyó a los empresarios de la industria vinícola y a los horticultores; a pesar de ser liberal, creía en la educación como la base del progreso, creó el Instituto Científico y Literario de Aguascalientes, precursor de la actual Universidad Autónoma de Aguascalientes y creó también la Escuela de Artes y Oficios. Compró la Casa del Marqués de Guadalupe para convertirla en el actual Palacio de Gobierno.
Con tantos talentos políticos, el Presidente Ignacio Comonfort lo nombra Ministro de Gobernación, cargo al que renuncia al negarse a ser cómplice en el autogolpe de estado que planeaban Comonfort y Félix Zuloaga para perpetuarse ambos en el poder, acto fallido que dio lugar a la llegada de Benito Juárez a la Presidencia de la República, cuyas acciones no fueron del agrado ni de la Iglesia ni del Partido Conservador, dando paso a la Guerra de Reforma, que fue la causante de todo el trastupije político internacional en el que se metió nuestro país.
Cadena de eventos que precedieron a la intervención de Jesús Terán
Al llegar al poder Benito Juárez, promulga la “Leyes de Reforma”, que iban directamente a afectar los intereses de la Iglesia y de la clase económicamente pudiente, provocando el rompimiento con el Vaticano y el levantamiento de los ricachones mexicanos, que eran muchos, muy poderosos y regados por todo el país; los conservadores se propusieron derrocar a Juárez para poner un gobierno conservador afín a sus intereses; se levantaron en armas e inclusive formaron un gobierno paralelo y estalló la “Guerra de Reforma”, misma que duró tres años.
Para poder sostener la guerra, Juárez endeudó al país solicitando créditos a los bancos de España, Francia e Inglaterra, quienes le aportaron para la guerra contra los conservadores; todo iba muy bien, México estaba cumpliendo con los pagos, hasta que se ganó la guerra en 1861; durante ese año, México suspende los pagos; el primero en reclamar fue Napoleón III Bonaparte de Francia, la respuesta de Juárez fue de que “se suspenden los pagos de manera indefinida por falta de liquidez del Gobierno Mexicano”; estos tres países se reúnen en Londres y acuerdan invadir a México y dividírselo si no hay pago.
Y de nuevo, el atribulado pueblo y Puerto de Veracruz, un día amanece una vez más sitiado por mar, solo que esta vez si era de preocuparse en serio, pues frente a sus costas tenían a la Armada Francesa, a la Real Armada Española y a la Real Flota Británica, nada menos que las tres flotas armadas más poderosas del mundo, las tres exigiendo sus pagos y prestas para invadir a nuestro país como lo habían acordado, dividírselo entre los tres.
Aparece en escena Juan Terán Peredo
Juárez, con el agua hasta el cuello, estaba siendo consumido por las preocupaciones, estaba a punto de pasar a la historia como el presidente al que le arrebataron el país de sus propias manos, cuando de entre sus colaboradores surge la serena voz de Jesús Terán, quien dice: “Quizá si negociamos con ellos, Señor Presidente…” y Juárez lo envía a negociar con las tres potencias.
El Presidente Benito Juárez envía al Ministro de Gobernación, Jesús Terán y al Ministro de Relaciones exteriores Manuel Doblado a negociar con las tres potencias, la reunión se efectuó en el poblado de La Soledad, Veracruz, por parte de las potencias el General Juan Prim, Conde de Reus por España, Lord John Russell por Inglaterra y Pierre Dubois de Saligny por Francia; por la parte mexicana, la forma tan segura y diplomática de Jesús Terán “cautivó” a los europeos y fue él quien de facto llevó las conversaciones a buen puerto, logrando el acuerdo y la firma de los “Tratados Preliminares de la Soledad”, en los que las potencias aceptaban el plan de pagos ofrecido por México, reconocían la soberanía nacional de México y se comprometían a retirar a sus tropas y no atacar a nuestro país; la Corona Británica y la Corona Española, que tenían ocupadas las ciudades de Orizaba y Córdoba en Veracruz, retiran a sus tropas y se van de Veracruz, mientras que las tropas francesas del General Ferdinand Latrille de Lorencez que ocupaban la ciudad de Tehuacán, Puebla, permanecen ahí, pues Napoleón III rompe el tratado y les ordena a Dubois y Lorencez avanzar sobre Puebla e invadir a México; el 5 de mayo de 1862 son derrotados en Puebla por el General Ignacio Zaragoza, pero ya Napoleón III tenía los planes de invadir a México.
Mano negra
En el parte de guerra que el General Ignacio Zaragoza le rinde al Presidente Juárez, le informa de la presencia de los generales mexicanos Juan Nepomuceno Almonte y Leonardo Márquez apoyando al ejército francés en contra de México; le informa también de como el General Almonte estuvo siempre al lado de Lorencez, mientras que el General Márquez logró escapar al ser perseguido por el General Porfirio Díaz; por todo esto, el General Zaragoza le dice a Juárez que suponen que el rompimiento de Francia a los Tratados de La Soledad, sea parte de un plan ya establecido.
Cuando se descubrió la conspiración entre el Partido Conservador de México, Napoleón III Bonaparte, el Vaticano y Maximiliano de Habsburgo para entregarle el país a este último en forma de Monarquía Imperial, con él como Emperador, las cosas se pusieron peor de como estaban. El Presidente Juárez envió a Juan Terán Peredo a Europa, con la misión de que las potencias presionaran a Napoleón III para no apoyar a Maximiliano y al propio Maximiliano de desistir en la conspiración.
La misión requería de un alto nivel de diplomacia y a la vez de un alto grado de temple, capacidad negociadora y una sólida personalidad; pero no solo eso, requería también de un gran sacrificio personal, pues el encargo tenía fecha de inicio, pero Juárez no le puso fecha de regreso (al final la misión duraría cuatro años).
Jesús Terán inicia su intrincada misión diplomática
Tras la Batalla de Puebla, ya con la Segunda Intervención Francesa en México y descubierto el complot para traer a Maximiliano como Emperador a México, el Presidente Juárez envía a Jesús Terán a Europa en una misión diplomática de muy alta envergadura, tratar de frenar el Imperio de Maximiliano y el apoyo francés a su monarquía, tarea francamente muy difícil y escabrosa. Como primera etapa contacta al General Juan Prim, Conde de Reus, un militar y aristócrata español del que se hizo muy buen amigo al negociar los Tratados Preliminares de La Soledad, Prim representando a España; además lo unía a Prim una hermandad, la hermandad masónica, ambos eran masones de alto grado. Debe señalarse que los cuatro años que duró la misión diplomática de Jesús Terán en Europa, la sufragó con su propio dinero, el Estado Mexicano no tenía recursos para sostener la misión.
En 1862, Jesús Terán viaja a Europa con las cartas credenciales como Ministro Plenipotenciario ante los Estados, Monarquías e Imperios Europeos y el Vaticano, con quien ya se habían roto las relaciones, para la misión encomendada por el Presidente Juárez el General Juan Prim le consigue a Terán una entrevista con los Reyes de España Isabel II y Francisco de Borbón y con el propio Maximiliano de Habsburgo. En Cádiz se entrevistó con los Reyes de España; Terán les pidió no apoyar la instalación de la monarquía en México, la Corona Española adoptó una postura un tanto neutral, los Reyes le manifestaron a Terán que no podían interceder ante Napoleón III Bonaparte debido a que las relaciones con Francia no andaban muy bien y por otra parte, ellos como monarcas, promovían la instauración de otras monarquías en el mundo, más en el caso de México, le prometieron no promoverla ni intervenir de ninguna forma, pero si se instauraba, la reconocerían.
En Viena, Austria, Jesús Terán se entrevistó con el propio Archiduque Maximiliano de Habsburgo, a quien le pidió llegar a un acuerdo para rechazar el ofrecimiento que le habían hecho un grupo de notables conservadores mexicanos para ser Emperador de México; Terán le comentó que México estaba tratando de levantarse como nación, que había mucha pobreza y que la gran mayoría de los mexicanos eran leales al Presidente Juárez; Maximiliano respondió que él estaba más que interesado para aceptar ser Emperador de México; Terán lo percibió como un tipo inquieto y ambicioso en extremo, inmaduro, ignorante y pusilánime, así percibió Terán a Maximiliano, en cambio éste se impresionó por la fuerte personalidad de Terán, su capacidad negociadora y el entusiasmo por su país.
En Roma, en El Vaticano Jesús Terán se entrevista con el Papa Pío IX y con el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Giacomo Antonelli, con quienes dialoga sobre la posibilidad de retirar su apoyo a Maximiliano; el Papa Pío IX aprovecha para mostrar su rechazo hacia las Leyes de Reforma de Juárez, “Nos afectan mucho las Leyes de Reforma, pereciera que van dirigidas contra la Iglesia Católica Mexicana y eso no lo podemos permitir”, dijo el Papa Pío IX; “Su Santidad, podría haber flexibilidad en algunos aspectos de la ley, pero hay otros en donde no es posible mirar hacia atrás”, fue la respuesta de Terán; el Vaticano decidió apoyar el proyecto imperialista de Maximiliano y los conservadores mexicanos.
En Londres, Inglaterra Jesús Terán se entrevista con el Canciller John Russell, quien le transmite la respuesta de la Reina Victoria, la que le manifiesta que: “La Corona Británica asegura a México respetar y cumplir a cabalidad con los Tratados de La Soledad, pero también la Corona tiene un principio básico y fundamental: el de reconocer como gobierno, a quien ocupe la Ciudad Capital de un país, y a ese principio nos atendremos”. Hasta aquí pareciera que la misión de Jesús Terán terminaría en un rotundo fracaso, es entonces cuando saca los dos ases que tenía bajo la manga.
Cuatro años de ardua negociación y alta diplomacia, le costaron la vida, pero ayudó a la Patria
A pesar de las respuestas que obtuvo de la Corona Española, la Corona Británica, El Vaticano y del propio Maximiliano, Jesús Terán no perdió los ánimos y siguió con su plan; mientras que en México ya la Intervención francesa estaba en todo su apogeo, Maximiliano y Carlota ya habían sido coronados como Emperadores del Segundo Imperio Mexicano; el Presidente Benito Juárez mantenía viva la República gracias a su Gobierno Itinerante; el Ejército Federal mantenía duras peleas contra los franceses, gracias a bravos, leales y muy patriotas Generales como Sóstenes Rocha, Porfirio Díaz, Diódoro Corella, Ignacio Alatorre y muchos más, comandando a otros Generales, Coroneles y Capitanes y las tropas de bravos mexicanos, coordinados y apoyados por varios gobernadores, “sostenían el punto”, como se dice en el argot de las armas.
Mientras, en Europa Jesús Terán sostenía otra enorme batalla, una batalla diplomática, él solo, sin ejércitos ni compañía alguna y pagando todos sus gastos, porque en las arcas no hubo para sostener su misión; su batalla era convencer a monarcas, presidentes, líderes y potentados para presionar a Francia para que dejara de apoyar a Maximiliano y a Carlota. Jesús Terán, además de hombre sumamente acaudalado, era un importante líder y Gran Maestro Masón y Gran Comendador en Grado 33, un masón muy reconocido y respetado en varias partes del mundo; entonces decidió jugar esas dos cartas: la masonería y la prensa para usarlas a su favor, jugada que resultó muy favorable para México.
Entonces Jesús Terán comienza a utilizar a los círculos y logias masónicas de Europa y Estados Unidos para presionar a Francia y a Napoleón III Bonaparte con el fin de cesar el apoyo a Maximiliano; el General Juan Prim, también Gran Maestro Masón español fue de gran ayuda para Terán; pero, ¿cómo funcionó la masonería europea y norteamericana para presionar a Napoleón III Bonaparte?, muy sencillo, a través de su enorme y numerosa red de miembros incrustados en todos los gobiernos y parlamentos europeos utilizó los principios masones de Lealtad y Hermandad; el mismo Presidente de Estados Unidos, Abraham Lincoln, aunque oficialmente no era masón, sí era amigo personal de Juárez y Terán, Lincoln instruyó a su enviado en Europa John Shoffield, para ejercer también presión sobre Francia. Para negociar y presionar, Jesús Terán formó una comisión con el General Juan Prim, el enviado estadounidense John M. Shoffield, el parlamentario británico Sir Charles Wyke; ellos ejercían presión a través de sus contactos en la masonería de los países europeos y Terán negociaba con las autoridades.
En cuanto a la prensa, Terán comenzó a publicar artículos sobre México, la Intervención Francesa y Maximiliano, a través de sus publicaciones en varios periódicos y revistas de Europa creó una conciencia social que comenzó a generar presión a los gobiernos involucrados; así, con estas dos cartas y su habilidad negociadora fue obteniendo éxitos en su misión.
+ Primer éxito de Terán, en la Cámara de los Lores en Londres, el parlamentario Alexander William Kinglake, le interpeló al Primer Ministro Británico, Lord Palmerston que el Imperio de Maximiliano no lo obtuvo ni por derecho ni por popularidad, sino que le fue arrebatado al Gobierno Mexicano y convenció al Parlamento para rechazar las cartas credenciales y desconocer a Francisco de Paula Arrangoiz como representante de Maximiliano ante la Corona Británica.
+ Segundo éxito, Terán negoció con el Reino de Bélgica, el Rey Leopoldo II aceptó retirar el apoyo bélico y militar que le estaba otorgando a Francia; Terán le demostró al Rey la gran cantidad de soldados belgas que estaban muriendo en México, tan solo por apoyar un proyecto que no era suyo; el Rey Leopoldp II retiró su apoyo a Napoleón III Bonaparte y a Francia.
+ Tercer éxito, Jesús Terán negoció con el Rey Guillermo I de la Confederación Alemana, para que también retirara a todos los soldados del Ejército de Borussia (después Prusia, actual Austria), que también estaban perdiendo de manera inútil la vida en una invasión que no le reportaba ningún beneficio a su Reino.
+ Éxito final, a principios de 1866 Jesús Terán se entrevista en París con el Ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Drouyn de Lhuys para exigirle la retirada del ejército francés de México, el Gobierno Itinerante del Presidente Juárez estaba asentado en Paso del Norte (actual Ciudad Juárez), la ciudad de Chihuahua tomada por los franceses en 1865, ya había sido recuperada por el General Luis Terrazas y los Coroneles Joaquín Terrazas y Jesús Zambrano, quienes a punta de cañonazos sacaron a las tropas de los Generales Henri Brincourt, Pierre Joseph Jeanningros, Gabrielle Pyot, Achille Bazain y Gastón Galiffett, quienes huyeron hacia Saltillo, Coahuila.
Para estas alturas ya Bélgica y Alemania habían retirado a todas sus tropas, dejando solos a los franceses que perdían batalla tras batalla frente a las tropas mexicanas; al ser recuperada la Ciudad de Chihuahua, Napoleón III Bonaparte entendió claramente que ya no tenía posibilidad alguna de acabar con Benito Juárez, fue lo más cerca que estuvo de él y de eliminarlo, ya no tendría más oportunidad de hacerlo y decide cortar por lo sano, retirar a su ejército de México y dejar solo al Emperador Maximiliano. Un mes más tarde, el Ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Drouyn de Lhuys le envía a Jesús Terán, un comunicado firmado por el Emperador Napoleón III Bonaparte, donde se informa que de manera oficial el Emperador ha dado la orden a los Mariscales Charles Ferdinand Latrille, Conde de Lorencez y Fréderic Forey de retirarse de México junto con todas las tropas francesas a su mando, dar por terminada la Intervención, retirando todo su apoyo al Emperador Maximiliano.
De inmediato Jesús Terán envió un cable telegráfico informando al Presidente Juárez del éxito de su misión diplomática en Europa. Dos meses más tarde, en abril de 1866 la muerte alcanzó a Jesús Terán, quien víctima de un cáncer gastrointestinal fallece el 25 de abril de 1866 en París Francia; no alcanzó a ver el colapso final del Emperador Maximiliano ni el triunfo total de la República en 1867, pero si alcanzó a ver terminada su gran labor, el inicio del derrumbe del imperio y poder comunicarlo al Presidente Juárez.
+ La misión que el Presidente Benito Juárez le encomendó a Jesús Terán, fue larga, extenuante y exitosa, fueron cuatro años fuera de su país y lejos de su familia, dejó su vida en ello y México le debe el haber iniciado el derrumbe del Segundo Imperio Mexicano y del Emperador Maximiliano de Habsburgo para recuperar la República.
+ El trabajo de Jesús Terán en Europa sentó las bases de la política exterior mexicana, que fue la más ejemplar y respetada en el mundo hasta el año 2018.
+ Los restos de José María de Jesús Rafael Terán y Pérez Peredo fueron sepultados en el cementerio de Montmartre en París, Francia, donde permanecieron hasta 1952, año en que fueron trasladados a México por el poderoso empresario y político Arturo J. Pani, para ser sepultado en la Rotonda de los Hombres Ilustres en la Ciudad de Aguascalientes.
Referencias Bibliográficas:
+ scielo.sa.cr
+ relatosehistorias.mx
+ Royal Collection Trust www.rct.uk
+ elclarinete.com.mx
+ es.wikipedia.org



