Colectivo de buscadoras encuentran fosas clandestinas con restos en Reynosa
Colectivos y autoridades localizan restos humanos calcinados en una brecha de Reynosa, lo que reaviva el dolor de las familias de desaparecidos.

Una vez más, la búsqueda de desaparecidos en la frontera tamaulipeca se enfrenta con una escena de horror que estremece a la comunidad. En la brecha conocida como “La Reco”, en el municipio de Reynosa, se descubrieron restos humanos calcinados, entre ellos muelas, dientes y fragmentos de cráneo, con evidentes huellas de exposición al fuego.
Hoy, tanto los colectivos de búsqueda como las autoridades se enfrentan a la imposición del miedo, la indignación y la demanda urgente de respuestas.
Integrantes del colectivo Lazos Unidos Por Encontrarlos, en coordinación con la Guardia Estatal de Tamaulipas, localizaron los restos tras adentrarse en una zona que desde hace tiempo es señalada por buscadores como un posible lugar de exterminio.
En el sitio —informan— se hallaron muelas, piezas dentales, fragmentos óseos del cráneo y otros restos humanos completamente calcinados. La escena, según las mismas voces que acudieron al lugar, parecía un espacio preparado para borrar toda huella de vida.
Al confirmarse el hallazgo, la Fiscalía General de Justicia del Estado de Tamaulipas (FGJET) fue notificada y peritos especializados realizaron el levantamiento de los indicios, con el objetivo de iniciar las investigaciones correspondientes. Este hallazgo no es aislado en la región, pero sí revive la angustia de miles de familias que aún buscan a sus desaparecidos.
Para las familias de personas no localizadas, los restos calcinados no son sólo cifras o estadísticas: representan seres humanos con nombres, historias, esperanzas. Colectivos como Lazos Unidos Por Encontrarlos lo expresan con claridad: “Esto no puede quedar en el olvido”, afirman.
El hallazgo en “La Reco” expone nuevamente lo que muchos ya sabían: zonas enteras parecen haber sido convertidas en espacios donde los malandros operan sin freno, “levantando” personas y desapareciéndolas sin dejar rastros.
La indignación ciudadana se eleva además porque estos escenarios de horror profundizan el dolor de las familias, que además de perder a un ser querido, deben ver cómo se diluyen las esperanzas de encontrarlos con vida. En ese contexto, se exige que no sólo se encuentre a los restos, sino que las autoridades actúen con rapidez, transparencia y sensibilidad para que los nombres recuperados puedan volver a tener voz.
Los colectivos asistentes al hallazgo exigen que la FGCJET instale una línea de investigación sólida que tome en cuenta la posibilidad de desaparición forzada, con todos los protocolos para identificar los restos por ADN, devolverlos dignamente a sus familias y sancionar a los responsables.
Organismos internacionales como Amnesty International han señalado que el Estado mexicano debe investigar estos lugares hasta fondo, además de proteger a quienes buscan sin temor la verdad.
La comunidad también pide que estos hallazgos dejen de tratarse como incidentes aislados. En Reynosa y otros municipios de Tamaulipas, la normalización de brechas con restos humanos calcinados refleja una crisis de derechos humanos.
Se espera que las autoridades, los colectivos y la sociedad civil se unan para romper el silencio, cerrar rutas de impunidad y honrar a quienes han sido arrancados de la vida y de sus familias.
El hallazgo en “La Reco” es doloroso, profundo y alarmante. Pero también es una llamada urgente: para que cada nombre deje de ser anónimo, para que la memoria de las víctimas recupere dignidad, y para que nadie más viva el silencio de una desaparición sin respuestas.



