Agotamiento mental ya cobra vidas; casos crecen 840 veces en México

Los jóvenes y empleados más productivos son las principales víctimas del suicidio laboral por estrés, agotamiento mental y presión extrema.

En México, el éxito profesional se está pagando con la salud mental e incluso con la vida. El llamado “suicidio laboral” —provocado por el estrés crónico, la presión extrema y el agotamiento físico y emocional— se disparó 840 veces en los últimos seis años, afectando principalmente a los jóvenes y a los empleados más productivos.

Especialistas en salud ocupacional y psicología laboral alertaron que los altos niveles de estrés, depresión, bajos salarios y jefes tóxicos son un cóctel mortal dentro de los centros de trabajo, donde cientos de empleados viven al límite del colapso emocional, atrapados entre metas inalcanzables, jornadas extenuantes y el miedo constante a perder su empleo.

La fundadora de la firma de prevención y mitigación de factores de riesgo psicosocial Menthalising, Yunue Cárdenas, reveló a Publimetro que los casos de atentados contra la vida relacionados con el trabajo registran un crecimiento exponencial y datos alarmantes en México.

Explicó que, en redes de apoyo psicológico laboral con más de 500 mil trabajadores conectados, el número de intentos de suicidio se disparó 840 veces en los últimos seis años. En 2019 —antes de la pandemia de Covid— se registraban uno o dos casos por año.

“Al finalizar la pandemia se atendían cinco atentados laborales a la semana, mientras que en 2025 tenemos cinco casos diarios”, señaló. En la mayoría de incidentes, los trabajadores tienen la idea fija de provocar su muerte por asuntos relacionados con el trabajo.

De acuerdo con estas cifras, los casos de suicidio laboral en México pasaron de una tasa máxima de dos atentados al año a una estimación escandalosa de 35 a la semana, 140 al mes y mil 680 atentados anuales contra la vida para el cierre de 2025.

“Estamos hablando de cinco casos diarios y, de esos —al menos cuatro— se trata de empleados que ya están en plan de ejecución”, que ya pensaron en el método, el lugar y el momento para concretar el final.

La fundadora de Menthalising explicó que las generaciones jóvenes de trabajadores—de 22 a 25 años— y las personas más productivas, de hasta 40 años, son los empleados más vulnerables a caer en el suicidio por causas laborales.

Refirió que los hombres son los que presentan el mayor riesgo de terminar con su existencia, como resultado de la idiosincrasia que domina en México, donde los varones “no hablan de cómo se sienten o qué les pasa.

“Más de la mitad de los casos registrados corresponde a trabajadores adultos jóvenes o con menos de 40 años, que desde adolescentes viven desconexiones emocionales con sus familias, debido a que los padres dedicaron jornadas de casi ‘24/7’ a su trabajo”, apuntó.

En contraste, la especialista refirió que las mujeres reportan una mayor resiliencia emocional, que les permite externar sus temores, vivencias, sentimientos e ideas de muerte por problemas de agotamiento, estrés o situaciones derivadas de su empleo.

“Las mujeres vienen con otro tipo de enfermedades; históricamente están más acostumbradas a sostener altos niveles de estrés y tensión. Eso no quiere decir que estén más sanas, sino que los hombres —mayoritariamente—, al no tener espacios de escucha o vulnerabilidad, pasan al acto del suicidio con mayor facilidad y contundencia”.

En una entrevista, Yunue Cárdenas explicó que el problema es multifactorial, con una combinación de causas diversas, entornos diferentes y conductas que no pueden generalizarse ni ajustarse a una sola receta.

Sin embargo, destacó que detrás de los atentados están los altos niveles de estrés, jornadas con sobrecarga de trabajo, bajos salarios, ansiedad, depresión, actos de injusticia en los centros laborales y los malos liderazgos en las empresas.

“A veces pensamos que el estrés laboral y el burnout solo quedan ahí, que no pasa nada más allá del agotamiento mental y físico que causa este síndrome, pero en su expresión máxima sí tiene que ver con la pérdida del sentido de la vida, y de ahí al suicidio hay un solo paso.”

La fundadora de Menthalising resaltó que, contrario a lo que muchos creen, el suicidio laboral va más allá de la tristeza extrema o las ganas de llorar; se trata de la manifestación de ideas relacionadas con los elementos negativos que existen en las empresas.

Entre los síntomas más frecuentes está el agotamiento excesivo, el cambio de actitud en personas que antes eran muy proactivas y que ahora llegan tarde, se muestran irritables o se aíslan del equipo.

“A veces pensamos que la depresión y el suicidio se ven como alguien altamente triste o llorando todo el tiempo; no. Puede ser alguien muy enojado, frustrado o desconectado, que empieza a despedirse de su entorno, a regalar sus cosas de más valor… eso ya indica que hay una planeación más sólida”, advirtió.

Yunue Cárdenas destacó que, de forma paradójica, los psiquiatras, psicólogos y profesionales de la salud son el sector más crítico y vulnerable a cometer actos de suicidio laboral, debido a la sobrecarga, las presiones y el conocimiento que poseen sobre cómo atentar contra su vida.

“Son un sector súper crítico, sobre todo los psiquiatras jóvenes, de 25 a 40 años. Ellos tienen todo el conocimiento sobre qué medicamentos tomar o qué sustancias inyectar… es una situación muy dramática”, subrayó.

La especialista señaló que los trabajadores de la manufactura son otra de las industrias más afectados por atentados contra la vida, mientras que los oficinistas o “godínez” representan el tercer grupo más vulnerable, debido a que “los jefes y las empresas se están olvidando de conectar con los colaboradores”.

“Diversos estudios muestran que las condiciones negativas en el trabajo —como el estrés crónico y el bajo control sobre las tareas aumentansignificativamente el riesgo suicida. Se estima que el bajo control puede multiplicar por cuatro esta probabilidad”.

— Menthalising

La Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones reportó que, entre 2020 y 2023, la tasa general de suicidios pasó de 6.2 a 6.8 por cada 100 mil habitantes, con los hombres de 20 a 39 años como el grupo más afectado.
De acuerdo con la revista especializada Biomedres, entre 2011 y 2021 ocurrieron 72 mil 202 muertes por suicidio en México.

Los estudios más recientes indican que el desempleo y el trabajo por cuenta propia incrementan el riesgo de suicidio, mientras que el empleo asalariado formal y el sector servicios parecen tener un efecto protector.
Dentro del entorno laboral adverso, el estrés y la falta de control siguen siendo los principales factores de riesgo.

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