Viacrucis de Iztapalapa: qué otras actividades mexicanas han sido reconocidas por la Unesco por su valor cultural

La Unesco reconoció la Representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo de Iztapalapa por su valor social, cultural y comunitario. En 2024 reunió a más de 1.4 millones de personas.

La Representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo de Iztapalapa fue inscrita este miércoles por la Unesco en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, un reconocimiento que otorga estatus global al viacrucis más grande de México y a una de las expresiones de fe y participación comunitaria más importantes de América Latina.

Durante la vigésima reunión del Comité Intergubernamental de la Unesco, celebrada en Nueva Delhi, la subdirectora de Patrimonio Inmaterial de México, Edaly Quiroz, destacó que esta representación trasciende lo estrictamente religioso y se ha convertido en un poderoso símbolo de identidad colectiva.

“Se trata de una manifestación que trasciende lo religioso. Es un acto de unidad, fe y resiliencia, que convoca a miles de personas en un ejercicio colectivo de memoria, identidad y participación”, expresó la funcionaria mexicana ante los representantes de decenas de países.

Cada año, la celebración moviliza a los ocho barrios originarios de Iztapalapa, una de las alcaldías más pobladas de la Ciudad de México, donde las y los vecinos transforman calles, cerros y plazas en escenarios bíblicos para recrear los episodios del Nuevo Testamento durante la Semana Santa.

La Pasión de Iztapalapa es considerada la representación de Semana Santa más multitudinaria del país. Tan solo en 2024 reunió a más de 1.4 millones de asistentes, mientras que, en los años previos a la pandemia, ha llegado a superar los dos millones de personas congregadas en las calles.

Más allá de las cifras, la Unesco destacó su enorme valor como fenómeno de cohesión social, especialmente en una alcaldía que históricamente ha enfrentado retos de seguridad, marginación y alta densidad demográfica. Para miles de familias, la organización del viacrucis representa su principal espacio de participación comunitaria y transmisión de valores intergeneracionales.

El origen de esta tradición se remonta a 1833, cuando una epidemia de cólera diezmaba a la población de Iztapalapa. Ante la crisis sanitaria, las y los habitantes realizaron un voto comunitario para pedir el fin de la enfermedad. Una década después, en 1843, se formalizó aquel compromiso con la primera representación escénica, iniciando un ciclo que suma más de 180 años de historia ininterrumpida.

En su defensa ante la Unesco, el Estado mexicano subrayó la capacidad de la tradición para adaptarse a los tiempos modernos, incorporando en sus estatutos principios de igualdad de género, inclusión y derechos humanos. Asimismo, se informó que el plan de salvaguardia aprobado contempla el fortalecimiento de los archivos históricos y la consolidación del Comité Organizador de la Semana Santa en Iztapalapa (COSSIAC) como órgano rector legítimo de la celebración.

Con esta inscripción, la Pasión de Iztapalapa se suma a otras expresiones emblemáticas de México reconocidas por la Unesco, como la cocina tradicional mexicana, el Día de Muertos, el mariachi y el bolero, ampliando el catálogo de manifestaciones nacionales con reconocimiento internacional.

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