Fiscalía de Brasil detecta “lesiones atípicas” en dos de los 121 muertos durante operación policial en Río de Janeiro

El informe remitido al magistrado Alexandre de Moraes indica que uno de los fallecidos tenía impactos de bala a corta distancia y otro fue hallado decapitado por un objeto cortante.

La Fiscalía de Río de Janeiro informó este miércoles que al menos dos de las 121 personas fallecidas durante la operación policial del pasado 28 de octubre en los complejos de favelas de Penha y Alemão presentaban “lesiones atípicas”, incompatibles con enfrentamientos armados convencionales.

Los hallazgos forman parte de un informe preliminar remitido por el Ministerio Público de Río de Janeiro a la Corte Suprema, en el marco de la investigación sobre lo que ya se considera la operación policial más letal en la historia de Brasil. El documento fue entregado al magistrado Alexandre de Moraes, encargado de un proceso que evalúa la letalidad de las intervenciones de seguridad en comunidades cariocas.

Hallazgos preliminares

Según el informe, uno de los cuerpos presentaba impactos de bala a corta distancia, mientras que otro fue decapitado con un objeto cortante, lo que refuerza las sospechas de posibles ejecuciones extrajudiciales.
El resto de los fallecidos tenía heridas compatibles con disparos de fusil, principalmente en el tórax, abdomen y espalda.

Las víctimas eran en su mayoría hombres jóvenes, de entre 20 y 30 años, muchos de ellos vestidos con ropa camuflada, botas tácticas y chalecos con cargadores de munición. En varias prendas fueron hallados teléfonos móviles, municiones y pequeñas cantidades de marihuana prensada.

El documento añade que numerosos cuerpos presentaban tatuajes asociados a facciones criminales o con símbolos de violencia contra policías, aunque la Fiscalía subraya que esos elementos no eximen al Estado de esclarecer el contexto de las muertes, especialmente en los casos con características fuera del patrón habitual.

La operación más letal

La acción, denominada “Operación Contención”, tenía como objetivo capturar a líderes del Comando Vermelho, la organización criminal más antigua y poderosa de Río de Janeiro, con ramificaciones en otros estados y países vecinos.

El operativo dejó un saldo de 121 civiles y cuatro policías muertos, lo que desató fuertes críticas de organismos de derechos humanos y protestas en distintas ciudades brasileñas.

Ante las denuncias de abusos y ejecuciones sumarias, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva condenó públicamente los hechos:

“No había una orden judicial de matanza, y hubo matanza”, declaró el mandatario.

La Fiscalía informó que la siguiente etapa de la investigación se centrará en analizar las grabaciones de las cámaras corporales utilizadas por los agentes y en reconstruir la secuencia de los enfrentamientos con base en los registros de video y las pericias de campo.

Por su parte, la Policía Civil de Río de Janeiro reportó que, de los 117 civiles identificados hasta ahora, 115 tenían vínculos comprobados con el Comando Vermelho, 97 contaban con antecedentes criminales relevantes y 59 estaban sujetos a órdenes judiciales de detención.

Video de Infobae

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