María Elena Velasco «La India María»

María Elena Velasco inició su carrera en la Ciudad de México en los lugares más populares del entretenimiento de la época de los años 60.

María Elena Velasco, conocida por generaciones como La India María, es una de las figuras más emblemáticas del cine y la televisión mexicana.

A través de un personaje entrañable, la actriz logró combinar comedia popular con crítica social, llevando a la pantalla grande y chica la realidad, las carencias y la dignidad de los pueblos indígenas en un país marcado por profundas desigualdades.

Desde su irrupción en la década de los años sesenta, La India María se convirtió en un fenómeno cultural. Su humor sencillo, cargado de picardía e ingenio, conectó con el público al retratar a una mujer humilde que, pese a las adversidades, enfrentaba la vida con inteligencia, honestidad y un gran corazón.

De Puebla a los escenarios

María Elena Velasco Fragoso nació el 17 de diciembre de 1940 en Puebla, México. Proveniente de una familia de origen modesto, inició su carrera artística como cantante y bailarina en teatros y centros nocturnos. Fue en ese entorno donde descubrió su habilidad natural para la comedia, talento que la llevaría a incursionar primero en pequeños papeles cinematográficos y, más tarde, a construir un personaje propio.

El espectáculo mexicano siempre se ha concentrado en la Ciudad de México, siendo la capital del país, a mediados del siglo XX a esta metrópoli llegaban hombres y mujeres con la idea de ser cantantes o ser actores, en este contexto María Elena Velasco llegó a la Ciudad de México después de que su padre Tomás Velasco murió en 1950.

Su primer trabajo fue ser bailarina en el Teatro Tívoli, un lugar que era famoso en la época de los años 50 y 60 por sus espectáculos de vedettes, también conocidas como bailarinas exóticas, que usualmente bailaban con poca ropa o incluso desnudas.

Este espacio tenía mala fama y era conocido como de “mala muerte”, pero sin duda era uno de los lugares más concurridos durante aquellos años. En 1963 el Teatro Tívoli cerró sus puertas.

En el Teatro Blanquita María Elena desarrolló su personaje de mujer indígena, pero fue después de interpretar a ‘María’ en una película para la cual fue recomendada por Fernando Cortés, cuando la actriz terminó por completar la imagen de la India María.

Un fenómeno en cine y televisión

La consolidación de su carrera llegó cuando decidió rendir homenaje a las mujeres indígenas del país. Así nació La India María, una figura inspirada en las tradiciones, la vestimenta y el habla popular de distintas comunidades, que representaba a la mujer indígena migrante en busca de oportunidades en la ciudad.

El personaje debutó en programas de televisión y rápidamente dio el salto al cine, donde alcanzó una popularidad sin precedentes. Con sus trenzas, falda colorida, rebozo y un español salpicado de modismos, La India María se ganó al público no solo por su humor, sino por su humanidad.

Velasco protagonizó más de 20 películas, varias de ellas consideradas clásicos del cine mexicano. Entre las más recordadas destacan Tonta, tonta, pero no tanto (1972), La presidenta municipal (1975), El coyote emplumado (1983) y Ni de aquí ni de allá (1988), esta última una mirada cómica pero crítica sobre la migración mexicana a Estados Unidos.

A través de la comedia, sus películas abordaron temas como la desigualdad social, la discriminación y el racismo. Si bien su trabajo fue objeto de debate por el uso de estereotipos, también es reconocido por haber puesto en la conversación pública las problemáticas de sectores históricamente marginados.

Control creativo y versatilidad artística

Más allá de la actuación, María Elena Velasco se desempeñó como guionista, directora y productora de varias de sus cintas, lo que le permitió mantener el control creativo del personaje y cuidar el mensaje que transmitía. Su carrera también incluyó participaciones en teatro, televisión y espectáculos en vivo, donde mantuvo siempre la cercanía con su público.

Un legado que perdura

María Elena Velasco falleció el 1 de mayo de 2015, pero su legado permanece vigente. La India María sigue siendo un referente de la cultura popular mexicana y un símbolo de humildad, resistencia y orgullo por las raíces indígenas.

Más que un personaje cómico, representó una forma de ver y entender a México desde el humor, la empatía y la inclusión. Su obra continúa siendo ejemplo de cómo la comedia puede trascender el entretenimiento para convertirse en una herramienta de reflexión social.

A una década de su partida, La India María sigue provocando risas, pero también recordando la riqueza cultural del país y la importancia de dar voz a quienes pocas veces la tienen.

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